
Me he puesto a pensar en cómo las cosas pequeñas pueden ser tan hermosas, en qué hace que algo sea mágico, y pensé en eso de "el momento justo"... Entonces, para explicármelo a mi misma me puse un ejemplo con una de las últimas fotos que subí a Instagram, la de las luces en el techo. Esas luces probablemente vienen de China, pero para que estuvieran justo colgando del techo para el momento en que decidí tomar la foto, hubo una gran cantidad de eventos que tuvieron que suceder en el momento justo. La llegada tarde de un trabajador, la programación de una máquina, un eléctrico sudoroso y hambriento que no desayunó aquella mañana por haber llevado a sus hijos al colegio, un empacador muy pulcro, un comercializador que eligió justo esa caja para llevarla al almacén... Son muchas cosas. Miles de detalles y probabilidades que tuvieron que alinearse.
Allí recordé escenas de Amélie y de El curioso caso de Benjamin Button, donde se habla de esa precisión en la que yo pensaba, y sonreí por la magnífica armonía en la que nos movemos todos.
A eso que yo estaba pensando suele dársele varios nombres: destino, casualidad, causa y efecto...sólo por mencionar los más populares; y esto según las creencias de quien lo piense. En mi caso, simplemente pensé en lo bello de los pequeños detalles, en esa armonía mundial. Y aclaro que al pensar en armonía me refiero al equilibrio, sincronía y proporción.
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Comparto con ustedes el día de hoy esta vieja reflexión, porque justo ha pasado algo en mi vida que me ha hecho volver a pensar en la forma tan maravillosa en la que algunos eventos de nuestras vidas se alinean y sincronizan con los eventos de otros para llevarnos a una situación concreta. Créanme cuando les digo que cada una de las cosas que nos ocurre está interconectada, no sólo con nuestras propias experiencias pasadas y futuras, sino con las experiencias de otras personas. A veces puede pasar que lo que para nosotros fue un ruido incómodo, para otros sea el sonido necesario para despertarse y accionar. Y así es como aprendes que en este mundo loco, todo tiene como mínimo dos caras.




